Las claves de la felicidad según Harvard

Recopilamos algunas de las conclusiones más relevantes sobre la felicidad humana a raíz de la publicación del libro Una buena vida (Planeta, 2023), en el que se han sintetizado los hallazgos más importantes del Estudio Harvard sobre el Desarrollo en Adultos, dirigido actualmente por el psiquiatra Robert Waldinger y el psicólogo Marc Schulz.

¿Qué nos hace ser felices?

Responder a esta pregunta es lo que ha motivado el Estudio Harvard sobre el Desarrollo en Adultos, la mayor investigación que se ha realizado sobre la felicidad humana. Iniciado en 1938, el proyecto sigue ampliándose en la actualidad, bajo la dirección del psiquiatra Robert Waldinger y el psicólogo Marc Schulz.

 

Los hallazgos más importantes de este estudio se han recopilado en el libro Una buena vida (Planeta, 2023), en el que sus autores comparten las claves de la felicidad y el bienestar emocional.

 

Coincidiendo con la visita del doctor Waldinger a Madrid, diversos medios han tratado este tema, que sin duda genera gran interés, por lo que vamos a repasar los aspectos más significativos que hemos extraído de algunos artículos y entrevistas de publicaciones digitales.    

El secreto de la felicidad

Una de las claves de la felicidad es sin duda la salud, algo que parece lógico y que es a la vez solo controlable en parte. Es importante cuidar la alimentación, realizar ejercicio físico y tener buenos hábitos, para prevenir enfermedades.

 

El otro factor ha sorprendido incluso a los directores del estudio: las relaciones personales.

Esta es la gran conclusión del estudio, según afirman en el libro. «Hay un factor crucial que ha destacado por su consistencia y por el poder de sus vínculos con la salud física y mental y con la longevidad». «Hay algo que demuestra una y otra vez su amplia y duradera importancia: las buenas relaciones».

 

Según esta afirmación, para alcanzar la felicidad debemos contar con buenas relaciones. Y es precisamente el matiz “buenas” donde está la clave, tal y como recoge Laura Miyara en su artículo para La Voz de la Salud (La Voz de Galicia), ya que no es cuestión de cantidad sino de calidad.

 

Las relaciones ideales se basan en conceptos como la interacción, las muestras de cariño, la empatía o el interés; y son esas conexiones reales con los demás las que mejor protegerán nuestro cuerpo y nuestra mente, haciéndonos sentir mejor.

 

Por lo tanto, afirma Waldinger, «tu longevidad está determinada por la gente con la que te relacionas. Eso es lo sorprendente». Tener buenos amigos o una vida familiar satisfactoria nos hará ser más felices, gozar de mejor salud y vivir más.

 

«El motor de una buena vida no es el yo, sino nuestra conexión con los demás».

 

¿Existe una explicación científica? El psiquiatra responde en su entrevista para ABC que tienen una hipótesis: «las relaciones nos ayudan a controlar el estrés. Me pasa algo desagradable y me acelero: aumenta mi ritmo cardíaco, me sube la tensión y el cuerpo entra en modo de lucha o huida, que es lo que debe hacer porque queremos que sea capaz de enfrentarse a los retos. Pero, cuando se elimina el factor estresante, necesitamos que el cuerpo vuelva al equilibrio rápidamente. Y, si me ocurre algo perturbador y tengo a alguien con quien hablarlo en casa o al que llamar por teléfono, mi cuerpo se calma». En contraposición, la soledad es un detonante del estrés.

 

Waldinger apuesta además por practicar la “curiosidad radical” para combatir las situaciones estresantes y sentirnos mejor. «Cuando notas que nace la emoción negativa, que tu corazón late más deprisa, que aprietas los dientes… son señales de ira. Sientes el impulso de contestar de malos modos o de esconderte. Dale al botón de pausa. Si eres más consciente de por qué reaccionas así, podrás cabalgar la ola de la emoción en lugar de dejarte arrastrar por ella».

 

«El maestro zen John Tarrant afirma que la atención es la forma más básica del amor. Y es verdad. La atención es un regalo que hacemos. Cuando prestamos atención, estamos prestando nuestra vida, pero también nos sentimos más vivos en el proceso. Por eso, yo siempre recomiendo practicar la curiosidad radical».

El dinero y la felicidad

Según el estudio de Harvard, no existe una relación directa entre riqueza material y felicidad, aunque con matices.

 

Como explican Waldinger y Schulz, cuando las personas no llegan a cubrir sus necesidades básicas, el aumento de ingresos sí que conlleva un mayor estado de bienestar y felicidad. Sin embargo, una vez superada esa cantidad mínima, el resto del dinero no da la felicidad.

 

Las personas que no alcancen un “nivel básico de seguridad económica”, tendrán un hándicap muy importante para alcanzar la felicidad. Esa cifra se ha calculado concretamente en 72.000 dólares anuales para un estadounidense, apunta Paola Fava en El Español. Cubrir adecuadamente las necesidades básicas, especialmente en el ámbito de la salud, es imprescindible (por lo que hay que tener en cuenta las circunstancias sanitarias de EEUU para este cálculo).

 

Pero cuando nuestro nivel de vida mejora, desarrolla Laura Miyara en su artículo, «nos sentimos felices y afortunados, pero solo de manera temporal. Rápidamente nos adaptamos a este ingreso extra, y volvemos al nivel general de felicidad que hemos sentido siempre, al cual los autores se refieren como “felicidad basal”, y que está determinado por cuestiones genéticas y rasgos de la personalidad». 

 

De hecho, en el libro se pone de manifiesto como «un año después de ganar la lotería, los afortunados son indistinguibles del resto de nosotros en cuanto a felicidad».

 

En resumidas cuentas, el dinero no se contempla en la fórmula de la felicidad, ya que según el psiquiatra de Harvard: «El dinero es un factor estresante. Tanto si no lo tienes como si tienes demasiado».

La felicidad: el ideal al que todos aspiramos

Esta idea tan extendida actualmente de ver la felicidad como una aspiración en la vida es para Waldinger relativamente nueva. «Nuestros abuelos no hablaban de querer ser felices, no se lo planteaban. Lo que les motivaba era tener una vida con un propósito. Sin embargo, esa vida con sentido es, muchas veces, el motor de la felicidad».

 

Las dificultades forman parte de la vida, y cómo las afrontamos también influye en nuestra felicidad. Paloma Santamaría recoge para El Debate, unas declaraciones muy interesantes del doctor Waldinger sobre este tema.

«La vida nos trae dificultades y desafíos, lo importante es tener los recursos para manejar estos desafíos. Cuando no disponemos de los recursos tenemos un problema y cuando los conseguimos nos volvemos más fuertes.

–¿Cuáles son esos recursos?

–Podríamos resumirlos en tres:

  1. Buenas relaciones sociales con amigos o familias.
  2. Recursos intelectuales.
  3. Recursos económicos.

Aquellas personas con menos recursos tienen más dificultades para encontrar la felicidad».

 

Por lo tanto, según Robert Waldinger, la infelicidad también es parte de la vida, y debemos aprender a afrontar los malos momentos para ser felices.

 

«Nadie es feliz todo el tiempo, aunque tengamos esa impresión viendo las redes sociales».

 

«Hay sufrimientos de los que no podemos escapar como por ejemplo la guerra, una enfermedad, pero hay otro tipo de dolor que sí podemos cambiar. Tenemos que ser conscientes de aquello que nos puede hacer sufrir e intentar cambiarlo. Hay que intentar encontrar un objetivo para alcanzar la felicidad».

 

«La buena vida consiste en disfrutar de lo bueno y que no te hunda lo malo. Y tener buenas relaciones nos ayuda a procesar mejor las emociones difíciles».

Fuentes

Si quieres ampliar la información, estos son los artículos que hemos recopilado sobre el tema:

 

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